Si hay una ciudad tolerante, una urbe sin prejuicios, un lugar donde la libertad parece llegar a su máxima expresión, ese sitio es Amsterdam. El Barrio Rojo, los coffeshops, los zuecos, los molinos, los tulipanes, las bicicletas recorriendo silenciosamente la ciudad, los tranvías o los museos con temas de lo más variopinto son algunas de las cosas por las que la llamada Venecia del norte merece ser visitada. Sólo hay un límite en la ciudad: no perjudicar a los demás.
domingo, 3 de noviembre de 2013
Historia
Amsterdam significa el “dique del Amstel”, es la capital constitucional de Holanda y desde el siglo XVII un importante centro financiero y cultural. La Universidad de Amsterdam fue abierta en el año 1632. La producción agropecuaria, los viveros con los famosos tulipanes y los molinos que hoy rodean la ciudad, son las postales típicas del país. Más la economía de Amsterdam y de toda Holanda se halla consolidada en empresas de energía, servicios financieros, tecnología y actividades comerciales diversas.
La leyenda cuenta que dos pescadores llegaron al estuario del Río Amstel en una pequeña barca junto con un perro, estos personajes anónimos fueron los primeros pobladores de Amsterdam y permanecen inmortalizados en uno de los símbolos de la ciudad. Lo cierto es que en el año 1280 ya existía una aldea en el lugar que hoy ocupa el Begijnhof, “El Noviciado”. Una Investigacion realizada en 1994 por el arqueólogo Jan Baart, puso al descubierto en el centro de la ciudad, los cimientos de un fuerte, un castillo de pequeñas dimensiones, construído a fines del siglo XIII.
Amsterdam también es conocida como Mokum (en yiddish: ciudad, lugar) nombre que aún se usa popularmente como segundo nombre de la ciudad. Este nombre proviene de los judíos Ashkenazi que llegaron desde la península ibérica en el siglo XVII a radicarse en Amsterdam.
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